Rebuscamos día tras día entre los libros editados en España, en busca de esa gema literaria, de ese libro que nos haga saltar chispas, de ese tema posible para traer y contar en el programa. Y, al menos ésta que suscribe este texto, tiene en los últimos tiempos una gran inflación de sorpresa. De sorpresa, o de encantamiento, o de maravilla, o de necesidad de que una narración le haga volar los sesos. Partiendo del hecho de que lee sin parar y casi todo el tiempo novedades. No es que no le gusten los libros que lee, sino que no encuentra el libro que le proponga una forma de mirar nueva. Ésta que suscribe está un poco angustiada por la cantidad de textos que toman hechos cotidianos y los explican con un lenguaje cotidiano.
No tiene nada de malo. Hoy queríamos señalar lo que de «castrador» y «enemistoso» tiene a veces lo normal. Tanto desde el punto de vista de los temas como de las estructuras, como lectora echo de menos riesgo, insumisión a las normas, delirio, festival de saltos sin red.
De alguna manera, este programa nos ha salido muy mediabiográfico.
Reunimos en esta hora de radio a dos jóvenes autores que, en diferentes formatos, están proporcionando algunas condiciones necesarias para la maravilla. Retorciendo lo normal, enfrentándose a la rutina con el absurdo, la ironía, la hiperrealidad, la fantasía o, al menos, una mirada literaria de vocación propia.
Sara Mesa tiene anteriormente otros libros publicados (relatos y poesía), aunque hoy hemos centrado esta charla en El trepanador de cerebros (Tropo editores). En su historia, dentro de un marco de «realidad cotidiana», se reúnen personajes outsider, incómodos para la sociedad del consumo y el progreso, en una extraña familia generadora de relaciones disonantes y distopías angustiosas.
Conversamos también con Matías Candeira, autor de La soledad de los ventrílocuos y, recientemente, Antes de las jirafas (Páginas de espuma, 2011). Hay mucho material en estos nuevos cuentos (revisitaciones de imaginería de superhéroes, mitologías deconstruidas, género fantástico sin complejos…) y, dentro del tema de este programa, destacamos su habilidad para retorcer una anécdota perfectamente cotidiana y posible en metáforas (que, en sus palabras, tienen vocación humanista, y no escapista de la realidad).
Lo que queríamos decir, una línea argumental quizá algo traída por los pelos, intuida y desordenada, está en este titular, dentro de una entrevista a Sara Mesa: «La realidad supera a la ficción, pero es más fea»