Glosa: Según la RAE, en su acepción 1. f. Explicación o comentario de un texto oscuro o difícil de entender.
Y en su acepción 5. f. Mús. Variación que diestramente ejecuta el músico sobre unas mismas notas, pero sin sujetarse rigurosamente a ellas.
En Mi gran novela sobre La Vaguada, segundo libro de Fernando San Basilio (Caballo de Troya, 2010), lo que se cuenta parece el comentario (la glosa) de algo que está por suceder, de un gran proyecto en camino de ser realizado, y así el protagonista se acerca, roza sin tocar, idealiza el acto de escribir su gran novela, mientras va viviendo otras cosas. El comentario se convierte en la propia historia, mediante un juego que puede ser comparado con un tablero de «la oca» o los niveles de un videojuego, a través de las cuales el protagonista va en pos de «la verdadera vida» y la consecución de su proyecto.
Por el camino tenemos una novela de tipos muy comunes, de situaciones muy cotidianas (si vives en Madrid o en cualquier gran ciudad y tienes «aspiraciones artísticas»), de supervivencia, de persecución de los sueños, donde la ironía funciona en un nivel de gargantuesca desazón muy, muy cercana a la total honestidad. Tenemos una novela (y otra anterior, Curso de librería -2006-) en la que muchos sitios son reconocibles y muchos personajes nos remiten a personas (incluso a personas que ya han pasado por este programa).
Y oficios. Esa otra cosa que el escritor es antes, durante y después de escribir y publicar. Tiene oficios porque necesita subsistir y a veces pasea perros y otras es librero o casi guía turístico o casi periodista o casi vendedor de muebles de cocina.
Y, aunque no lo pretenda, tiene inquietudes y aspiraciones, como estas dos que hacen este programa. Aunque no sepan bien de qué.